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domingo, 28 de noviembre de 2010

QUE BUSCAMOS


Este no es un ensayo literario, ni filosófico, ni psicológico, ni científico.
Este es un ensayo vivo, vivencial.
Es un esfuerzo o un intento de buscar la Verdad. Pero no la verdad científica sobre algo, ni la verdad abstracta metafísica.
Es la señalización del camino para encontrar la Verdad de sí mismo, en sí mismo.
¿Dónde podría, si no, buscarse y encontrarse la Verdad de sí mismo sino donde ella está?
Pero hay un grave obstáculo ya de entrada y es que creemos que somos lo que no somos. Es necesario identificar con claridad al sí mismo. Es necesario desenmascarar al falso "Yo" que creemos ser.
Y lo que creemos ser es muy deficiente, muy negativo, por más que nos pasemos la vida tratando de demostrar que somos una maravilla. Pero como en nuestro interior nos creemos poca cosa, huimos de nosotros mismos Aunque la Verdad es muy distinta de lo que creemos.
Puesto que vamos a hablar en este ensayo sobre la Verdad más importante para cada uno de nosotros, yo debo también decir la verdad sobre el motivo de escribir estas páginas.
Todavçia no estoy muy seguro de haber elegido la decisión correcta al escribirlas. Me da la impresión de que me ha ocurrido lo mismo que le sucede a quien ha recibido una gran noticia o ha tenido una intuición o experiencia luminosa y tiene prisa en contarla a otros. No puede guardársela para sí mismo.
Y justamente por esto es por lo que no estoy seguro de haber obrado correctamente, al ceder al impulso de contar mis intuiciones o experiencias porque en estas situaciones es el ego impaciente el que está tratando de manifestarse. Si es así, quizá dentro de un año o dos, cuando vaya quitando los disfraces de los innumerables "yoes" con que nos solemos disfrazar, podré ver si alguno de ellos estaba moviendo mis dedos para escribir.
Si estoy seguro de algo: quiero compartir la verdad que voy viendo de mí mismo con todos aquellos buscadores sinceros que aman la verdad más que nada y antes que nada y que nadie.
Este libro es para aquellos que tienen como amor, deseo, anhelo y objetivo principalísimo, el más importante y quizá el único, ver la verdad donde ella está. Buscamos la verdad sin condicionamiento alguno por ideas, escuelas o ideologías. Nuestra conciencia es lo suficientemente capaz para hacer la investigación por sí misma.
Está dedicado este libro a todos aquellos que desean sinceramente encontrar la verdad de sí mismos. No importa su ideología, religión o cultura.
He procurado por eso evitar el uso de palabras y expresiones técnicas o en sánscrito que podían ser más expresivas y apropiadas, pero no tan asequibles para algunas personas. He tratado de ser lo más llano posible en todas mis exposiciones. No veo que para decir algo importante o profundo deba usarse un lenguaje rebuscado.
Este no es el típico ensayo de erudición.
Existen muchos ensayos que cumplen todas las leyes de la investigación con términos y fraseologías muy técnicas y especializadas, solamente asequibles para los especialistas en la materia. Al leerlos uno queda con la impresión de que su autor es culto e instruido. Pero el contenido es como una nebulosa irresoluble e ininteligible. Al final uno se pregunta: ¿qué enseñanza útil me ha aportado para mi vida? A veces el aporte es una mayor confusión intelectual.
Estas páginas no quieren ser eso. No pretenden ser un escaparate de erudición sino que quieren por el contrario, ser un a ayuda orientadora para el hombre de la calle con alguna demanda y aspiración interior de encontrar un sentido a su vida, de conocer cuál es el sentido de su existencia, quién es él mismo y qué razón hay para estar aquí en el mundo con todos los avatares y problemas de la existencia.
En todas mis páginas trato de repetir la misma melodía en distintas tonalidades.
Trato de insinuar que todos nuestros problemas tienen un origen y causa básica común y en consecuencia la solución de todos esos problemas también tienen un mismo denominador común.
Este ensayo tiene intención de utilidad práctica. Intenta ayudar a VER, intenta ayudar a SER, a que cada persona vea lo que es y sea y viva lo que ES.
Después de eso la persona podrá jugar los juegos sociales, científicos, artísticos, políticos..., con su inquieta y agitada mente, como determine jugarlos. Pero los jugará sabiendo que son juegos.
Todos esos juegos deben jugarse después que el problema básico está resuelto. Porque de otro modo esos juegos se convierten en pequeñas o grandes batallas, con momentáneos y eventuales vencedores y vencidos, cambiantes tiranos y tiranizados que van creando uno tras otro los problemas que luego paradójicamente se intentan resolver por los mismos que los provocaron.
Así quedamos encerrados en un círculo vicioso, en el eterno tejer y destejer de Penélope.
Si se resuelve el problema básico de nuestra vida, es decir, si tenemos conciencia y comprensión práctica de lo que somos y son los demás, los juegos que juguemos en la vida no serán una eterna competencia y constantes luchas entre rivales sino que serán juegos del propio desarrollo.
No pienso en un quimérico mundo feliz total.
Pienso en los pequeños mundos felices de las personas que decidan vivir la Verdad de sí mismos.
El mundo total está compuesto de estos pequeños mundos personales.
Yo creo en la armonía, claridad, lucidez, paz, desarrollo y felicidad del pequeño mundo interior de la persona

Photo by Guillem.


Creo también en la influencia eficaz y silenciosa de esas persona lúcidas y luminosas que no figuran en los primeros puestos de la sociedad, que no aparecen en los medios de comunicación, que no son tenidas en cuenta, desconocidas y a veces menospreciadas, que viven y mueren, que aparecen y desaparecen como estrellas luminosas en el firmamento de la Humanidad.
Creo en estas vidas mucho más que en los altisonantes discursos de los políticos de turno y el activismo frenético de los socialmente triunfadores.
Este ensayo no es ni puede ser un ensayo científico, porque aunque algunos hablen de la ciencia del conocimiento de sí mismos, ese conocimiento y esa investigación no es científica. El conocimiento, la investigación y la experiencia de sí mismo es Sabiduría.
La ciencia es deductiva o inductiva. Es discursiva.
La Sabiduría es intuitiva inmediata y directa. Sin deducciones ni discursos, hasta sin palabras ni conceptos en sí misma, aunque se usen las palabras y conceptos para comunicarla y expresarla de alguna manera.
En La Sabiduría SE VE.
En la ciencia se juzga, se deduce e induce y se razona.
En la Sabiduría hay luz, inteligencia intuitiva directa.
En la ciencia hay juicios y razonamientos verdaderos y erróneos. No siempre hay luz. Y muchas veces cambios y contradicciones.
En La Sabiduría se conoce al sujeto que conoce.
En las ciencias se conocen objetos y situaciones objetivas.
La Sabiduría es conocimiento de la Causa primera.
Las ciencias son acerca de los efectos.
La Sabiduría es de Lo invisible.
Las ciencias de lo palpable y sensible.
La Sabiduría es de La Realidad esencial.
Las ciencias, de las formas accidentales.
La Sabiduría es de La Realidad que sustenta.
Las ciencias son de lo sustentado.
Como se ve no siempre van unidas La Sabiduría y la ciencia.
Hay sabios cultos y sabios incultos, como hay científicos sabios y científicos no sabios.
La Sabiduría no requiere conglomerados de conocimientos.
La Sabiduría es el conocimiento de lo simple. Siempre lo más perfecto es lo más simple.
Nuestro Ser, el Ser, la base de todo, objeto de nuestra investigación es lo más simple, lo invisible, base y causa de todo lo visible.




Darío Lostado
(Hacia La Verdad De Ti Mismo)




viernes, 26 de noviembre de 2010

¿QUÉ VALORAMOS?


Al mirar nuestro mundo, vemos que más de mil millones de personas pasan hambre, vemos que millones están atormentados por las guerras, vemos que muchos son esclavizados y vejados por algunos que ostentan más poder y los someten a sus caprichos y ambiciones.
Vemos también con qué frenesí se codicia y anhela el dinero como instrumento de poder, mientras oímos casi con incredulidad y como una lección utópica y lejana aquella bendición: "¡Felices los pobres...!"
¿No será un terrible y maléfico lastre para ser feliz esa ambición desordenada de tener más y más, y que reduce a una inhumana esclavitud a quienes son víctimas de una desenfrenada y ridícula avaricia?
Todo aquello que es innecesario se convierte en un obstáculo para subir la montaña de la bienaventuranza.
Tratamos de justificarnos siempre pensando que tales y cuales cosas son necesarias y así seguimos con el lastre a cuestas, sin permitirnos subir la montaña.
Nada es malo hasta que algo nos tiraniza. Y las riquezas innecesarias suelen esclavizar. Nos lo dice la experiencia diaria. Basta con observar a las personas que van teniendo día a día más dinero, cómo se hacen más avaras cuanto más poseen. Entonces el dinero, que en sí es bueno, se convierte en un lastre, un estorbo para la felicidad.


Darío Lostado
(Despertar A La Conciencia Día A Día)

miércoles, 24 de noviembre de 2010

LO INESTABLE


Un punto de reflexión que debiera ser muy frecuente o quizás constante para cada uno de nosotros es la inestabilidad de todo lo espacio-temporal.
Cada día podemos observar la rapidez con que se dan los cambios en nuestra existencia humana.
Lo agradable, como lo desagradable, pasa con inexorable rapidez.
Psicológicamente, lo desagradable se nos aparece como más largo y duradero que lo agradable, pero lo uno y lo otro son igualmente fugaces.
Damos demasiada importancia a los acontecimientos existenciales porque nos identificamos con ellos, nos sentimos UNO con ellos. Ése es un gran error.
Cada uno de nosotros es algo permanente, el testigo imperturbable de cuanto acontece.
Si estuviéramos identificados con ésta, nuestra Realidad invariable y eterna que es la auténtica Verdad de nosotros veríamos como más evidente la fugacidad y transitoriedad de todo lo existencial.
¿Por qué sufrir y preocuparnos tanto por lo que pasa tan rápida e inexorablemente cada día?
Medita, reflexiona en la fugacidad de los hechos de la historia, de tu historia, y comprobarás que no tienes motivo para las preocupaciones.


Darío Lostado
(Despertar A La Conciencia Día A Día)


domingo, 21 de noviembre de 2010

TRANSMITIENDO PAZ



En la vida diaria nos encontramos con muchas personas ansiosas, tensas, inquietas, atormentadas, sin paz. Por el contrario, no son muchas las que trasparentan, traslucen e inspiran paz en sus rostros y su vida. Algunas tienen una cierta serenidad exterior, tranquilidad aparente.

Pero mi voz me dice:

La paz solamente la pueden traslucir exteriormente los que la poseen interiormente. Y sólo la viven en su interior quienes están en armonía consigo mismo. Y tienen armonía interior quienes en la vida práctica y concreta de cada momento son conscientes de su ser interno, de su naturaleza esencial. Entonces y sólo entonces desaparecen los deseos ansiosos y ambiciones envidiosas de posesión porque saben y se sienten poseedores de todo cuanto de bueno pueden desear. Entonces y sólo entonces desaparecen los deseos ansiosos y ambiciones envidiosas de posesión porque saben y se sienten poseedores de todo cuanto de bueno pueden desear. Entonces desaparecen los miedos porque se ve que LO QUE UNO ES, no se puede perder ni nadie lo puede quitar. Entonces desaparecen los estados de malhumor y enfado porque se ve que no vale la pena enfadarse por nada pues los motivos de los enfados se ven como lo que son, baladíes, sin fundamento, insubstanciales.


Cuando uno toma clara consciencia de sí y ve que casi nada, por no decir nada de lo que le quita la paz es importante, entonces las inquietudes e intranquilidades cesan por sí mismas. Cuando el malestar e inquietud no desaparecen se debe a que la consciencia de sí mismo es débil e imperfecta. Es un termómetro que no falla. A mayor consciencia de sí, más paz y menos inquietudes y ansiedades. A menos consciencia de sí, más y mayores ansiosas tensiones y altibajos de ánimo.
¿Para qué buscar explicaciones complicadas si la verdadera explicación es simple?


Darío Lostado
(...Pero Mi Voz Me Dice...)


viernes, 19 de noviembre de 2010

AMOR AUTÉNTICO


Es muy gozoso
sentir que alguien te ama
con auténtico amor de amistad.
Es muy gozoso saber
que hay alguien que está
a tu disposición,
sin poseerlo y sin ser poseído por él
con amor puro,
con amor desinteresado.
Si le amas para que te ame,
si te ama para que le ames,
si quiere coartar tu libertad
o tú le impides ser libre,
se convierte el amor
en manipulación.
Ese mal llamado amor
nunca llenará de gozo tu alma.
Obsérvalo en ti
obsérvalo también en los demás.



Darío Lostado
(Mensajes De Alegría)


lunes, 15 de noviembre de 2010

MI MUNDO


Yo no estoy en el mundo.
El mundo está en mí.
Todo lo que conozco y vivo del mundo lo conozco y vivo en tanto y en cuanto está en mi conciencia.
Ese mundo que ven mis ojos está ahí, fuera. Pero el mundo que yo conozco, siento, juzgo, valoro, comprendo, el mundo que me da gusto o disgusto, gozo o dolor, ese mundo no es el que está fuera de mí sino dentro de mí, en mi conciencia. Y es tal como está en ella.
El mundo que yo critico, amo, alabo o detesto es el mundo tal como está en mi conciencia.
Mi cuerpo está en el mundo, pero el mundo y mi cuerpo con él están en mí, en mi conciencia.
Mi conciencia es la creadora de mi mundo. No hay ningún mundo para mí fuera de mi.
"Mi" mundo no es el entorno en el que vivo, sino todo el mundo que conozco e imagino. Es el único mundo que existe para mí. No hay otro. Incluso el que pienso que hay en las mentes y las conciencias de otros es mío, en tanto lo pienso y está en mi conciencia


Darío Lostado
(Despertar A La Conciencia Día A Día)


sábado, 13 de noviembre de 2010

LIBÉRATE DE LOS CONFLICTOS


Todos los conflictos que el ser humano tiene en su existencia son producto de algún tipo de ignorancia. Sobre todo la ignorancia de su verdadero ser real.

Los conflictos son:

*de la persona consigo misma
*con los demás

Los conflictos consigo mismo son o los referentes a su cuerpo físico o los originados en su mente.
Los conflictos físicos de nuestro cuerpo se refieren a las deficiencias y anomalías propias de todo ser viviente, por sus normales cambios naturales.
La inconsciencia nos conduce muchas veces a querer detener, cristalizar, la evolución natural de nuestro cuerpo que sigue la ley general de todo ser vivo como es la entropía, por la que se rige, con el nacimiento, crecimiento y decadencia lógica con sus deficiencias y molestias consiguientes.
Si somos conscientes de la impermanencia de todas formas de la existencia, hemos de ser consecuentes con los ciclos naturales de todo ser vivo, entre los que están el decaimiento y decrepitud, salud y enfermedad.
La no aceptación de estos ciclos y cambios naturales nos conduce al conflicto en forma de rechazo. Y cuanto más nos resistimos a aceptar esta ley de la impermanencia y cambio, más dolor y sufrimiento creamos.
Hemos de aceptar que todas las formas de nuestro cuerpo son cambiantes e impermanentes con sus consecuencias. ¿Por qué no aceptar de buen grado la ley tal como es? ¿Por qué no permitir fluir La Vida en todas sus formas según su naturaleza?

Los conflictos mentales son más y de peores consecuencias.
Estos conflictos de la persona consigo misma se crean por la oposición y divergencia entre los deseos egotélicos y raquíticos del yo personal, por una parte, que siempre anhela su provecho particular y, por otra, las aspiraciones profundas de nuestro ser real verdadero, que aspira a la plenitud total.
Esta aspiración profunda está siempre presente aun en aquellas personas que parecen embebidas y cegadas por los deseos más sensuales. En el fondo de todo ser humano hay una exigencia a la plenitud total, aunque muchos traten de ignorarla o negarla.
Pablo de Tarso decía: "Veo lo que es mejor y lo apruebo, pero en cambio sigo lo peor". La luz interior de su ser lo empujaba hacia arriba, pero la esclavitud de su yo personal lo arrastraba hacia abajo.
Además del yo personal existe un yo colectivo de la Humanidad, arraigado por los hábitos mentales erróneos de miles y miles de años.
Hace 2.600 años, Buda ya dijo que la vida humana está marcada por la insatisfacción y el sufrimiento. Y todo sufrimiento tiene su origen en los constantes deseos del yo personal del hombre. Si este se situara en su verdadero ser real, los deseos indebidos y esclavizantes no se darían porque el ser real no necesita nada, pues es Todo y es plenitud.
Todos estamos llamados a vivir desde ese YO Real que no necesita tantas cosas como las que nuestro yo personal exige, pero son pocos los que se lanzan a la feliz y noble aventura de conocerlo y vivirlo como lo más importante de nuestra existencia.


La vida moderna está organizada sobre la exaltación de los egos o yoes personales y desconociendo la naturaleza dichosa y plena de nuestro verdadero ser real.
A ese yo personal tan complejo e inestable es normal que le surjan conflictos sin fin. Lo sabemos todos, por propia experiencia.

Nuestro trabajo principal, el de esas tantas personas que dicen que buscan su desarrollo o crecimiento personal, debe consistir en llegar a comprender y desenmascarar con toda claridad esa falsedad permanente en la que estamos sumidos, creyendo y viviendo como si fuéramos algo que realmente no somos.

A quien crea que estoy repitiendo con insistencia algo que ya he dicho varias veces, les aconsejo que no se engañen y no se anden por las ramas. Si consiguen tener una clara comprensión de esto, no necesitarán andas buscando técnicas y métodos para mejorar su vida.
No se trata de un conocimiento teórico e intelectual sino operativo y eficaz. Debe haber una convicción clara y taxativa de esta simple verdad. Yo no soy el yo personal que creo ser.
El yo personal es una estructura mental vulnerable e inestable. Mientras una persona esté dependiendo de tal falsedad, los conflictos serán interminables. De modo que es necesario salir de esa dirección errónea de nuestra vida.
La pregunta que se hacen muchas personas es sencilla: Observando, observando y observando en cada momento del día: ¿quién está hablando?, ¿quién trabaja?, ¿quién sufre?, ¿quién se alegra?, ¿quién ama?, ¿quién se enoja?...
Al darnos cuenta de que estamos constantemente pivotando sobre una entidad mental que llamo yo pero que no tiene entidad alguna más que en mi mente, llegaremos a darnos cuenta de que en nosotros hay algo mucho más estable y básico. Así nos acercaremos a intuir la realidad del ser real que somos.
Esa intuición, que es la verdad de nosotros, llega cuando hay un deseo muy sincero y profundo de conocer y sentir esa Verdad.
El proceso interminable que se forma con la acción del yo personal es: genera deseos ilusorios - desilusiones - más deseo - más desilusiones - insatisfacción - inquietud...

Los conflictos en la relación con los demás tienen también su causa y origen en este yo personal del que estamos hablando.
En realidad, la vida social viene a ser una permanente lucha de egos o yoes personales. Cada una quiere imponerse al otro. Y cada uno intenta afirmarse sobre el otro. La lucha es inevitable.
Las envidias, los celos, los enfados, los desencuentros y desamores, la venganza, el odio, el desprecio, la indiferencia despectiva... todas las formas de una deficiente o mala relación personal tienen su causa y origen en el predominio del yo personal sobre el Yo Real de cada uno.
No nos engañemos y descubramos el origen de nuestros conflictos.


Darío Lostado
(Atrévete A Ser Libre)


miércoles, 10 de noviembre de 2010

¿QUÉ TENGO QUE HACER AHORA?


Se cuenta en una historia sufí que iba un día Moisés a ver a Dios para preguntarle cuál era el futuro trabajo que le encomendaba.

En el camino se encontró con un pobre, quien al saber que iba a ver a Dios, le rogó que preguntase de su parte cómo podía mejorar su condición de pobreza.

Más adelante se encontró con un hombre rico, que le dijo: "Dile a Dios qué debo hacer con mis riquezas porque cada día Él me bendice más y más".

Moisés llegó a Dios y le dijo: "Señor, vengo para que me digas cuál es mi trabajo futuro y al mismo tiempo, quiero pedirte por los dos hombres que encontré en el camino".

Dios le contestó: "Me preguntas qué debes hacer y en cambio no has hecho en el camino lo que era justo y era lo que tenías que hacer. Debías haber hecho que el rico diera al pobre lo que le sobraba y era justo que le diera. ¿Cómo te voy a decir lo que tienes que hacer después, si no haces ahora lo que te corresponde?"




No es difícil saber lo que tenemos que hacer en cada momento. La conciencia interna lo dice claramente a quien está atento a su voz.

¿Para qué estar proyectando lo que vamos a hacer en el futuro si no hacemos AHORA lo que nos corresponde?


Darío Lostado
(Atrevete A Ser Libre)


lunes, 8 de noviembre de 2010

CUANDO TODO MUERE VIVE EL AMOR


Miro la vida en mí, en los que me rodean.
Las euforias y vítores de la victoria y triunfos, las alegrías de las fiestas, como los oscuros y tristes días de luto9 y amargura de los sucesos dolorosos y trágicos, todo desaparece engullido por el tiempo.
Sólo uno cosa queda y permanece siempre viva, como el sol eternamente naciente.
Sólo uno cosa queda y permanece: Lo que Es,Lo que siempre es, y es principio y causa de todo lo que existe: El Amor.
Este amor no sólo es permanente y eterno en EL QUE ES, porque El es el Amor, sino en tí que también eres amor.




Cuando las olas bravías rugen y braman,
sosiega y amansa pacífico el amor.
Cuando el odio muerde y destruye,
besa, construye y crea el amor.

Cuando la pasión ciega y oscurece,
clarea y da luz el amor.

Cuando el egoísmo ruin mata, vivifica generoso el amor.
Cuando los cañones truenan,
canta el amor.

Cuando la ambición pisotea y deshumaniza,
acaricia y cuida con mimos el amor.

Cuando la desesperación anquilosa, deprime y agobia,
da alas a la ilusión el amor.


Cuando la tiranía esclaviza,
libera gozoso y comprensivo el amor.

Cuando el temor paraliza y hiela,
estimula cálido el amor.

Cuando las guerras estallan y se extienden,
pacífica, calma y serena el amor.

Cuando los pajarillos apagan sus trinos,
suena la canción eterna del amor.

Cuando el dolor tortura el cuerpo y paraliza el alma,
calma, suaviza sana y vivifica el amor.


Cuando el desengaño envejece la ilusión,
estimula y rejuvenece el amor.

Cuando todo falta,
queda el amor.

Cuando todo muere,
vive el amor.

Cuando todo calla,
habla el amor.

Cuando todos te abandonan,
te acompaña el amor.

Cuando todo llora,
canta el amor.

Siempre,
en todo,
en todos,
a pesar de todo,
a pesar de todos,

VIVE EL AMOR, ESTÁ PRESENTE EL AMOR.


Darío Lostado
(Ama Y Haz Lo Que Quieras)


miércoles, 3 de noviembre de 2010

YO FALSO - YO VERDADERO


Decía uno: ¡por qué dar tanta importancia el conocimiento de sí mismo, cuando hay que hacer tantas cosas por mejorar el mundo y servir a los que nos necesitan?

Pero mi voz me dice:

Cuando deseas hacer algo por el mundo o servir a los demás, debes saber quién es el que desea. Porque en tí hay muchos "yoes" falsos y uno solo verdadero. He dicho muchos yoes falsos, pero en realidad solamente hay un yo falso, que es el "ego" disfrazado con muchas caretas o ropajes.

Unos quieren servir porque su yo religioso quiere conseguir el cielo. Otros porque su yo político quiere construirse una plataforma para las elecciones. Otros, porque su yo social quiere sentirse solidario y ciudadano responsable. Otros, por sentir la satisfacción de servir. En estos casos y otros semejantes el que dice o intenta servir, no sirve a los demás sino a su eglolátrico "ego" que se sirve de ese supuesto y aparente servicio generoso, para su autocomplacencia y diverso interés egoísta.

Puedes observar cuántas organizaciones llamadas altruistas o caritativas hay en el mundo y el gasto de personas y recursos que conllevan. Verás que los resultados no son proporcionales a tales estructuras. Y la explicación reside en que dichas estructuras no están entramadas en su mayor parte por "yoes" generosos sino por "yoes" egoístas, interesados y autocomplacientes.

Si esas personas y organizaciones que dicen trabajar por los demás, partieran del conocimiento vivencial del verdadero "yo", de su ser profundo, la eficacia sería otra muy distinta.

Compruébalo por ti mismo. Date cuenta de quién eres y de lo que eres y verás que cada instante de tu actuar será muy distinto.


Darío Lostado
(...Pero Mi Voz Me Dice...)


lunes, 1 de noviembre de 2010

VALORA LO QUE TIENES


Es un joven de veinticuatro años.

Hace poco tiempo, el tren le cortó las dos piernas. La ciencia médica logró reimplantárselas.

Cuando recién daba los primeros pasos, alguien le preguntó cómo se sentía. Y él dijo:

"Me siento la persona más feliz del mundo".


¿Por qué hemos de esperar a perder las cosas, los dones que tenemos, para saber valorarlos?

¿Por qué cada día, cada instante, no nos sentimos contentos y felices con lo que somos y tenemos, si es tan poco lo que necesitamos para vivir y amar profundamente?



Photo by Guillem



Hoy puedes hacer mucho por ti.

Hoy puedes hacer también mucho por los demás.


Si eres consciente de ti y comprendes y amas a los demás, la rutina de tu trabajo diario se convertirá en una nueva y gozosa aventura.


Valora lo que eres, lo que tienes y lo que haces.


Darío Lostado
(Atrévete A Ser Libre)