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lunes, 30 de enero de 2012

CRECER EN AMOR


Qué prefieres: que aumente tu cuenta de el Banco o que aumente el amor en ti.
Si dices que la dos cosas, me temo que te interese más la cuenta del Banco que el amor.
Y ya sabes: la cuenta del Banco te da posibilidades de más comodidades; y el amor te da más felicidad. Oímos a veces: Yo o amo o no amo.
A primera vista es una simple perogrullada.
Pero las personas que dicen eso suelen querer decir: yo cuando amo, amo completamente y perfectamente. Y no es así, ni puede ser así.
Todos los valores y cualidades humanas aumentan y disminuyen.
Todo admite más. También el amor.
Quizás podemos hablar de algunos casos excepcionales en que podríamos decir que ya no se puede amar más. Es el caso de la entrega de todo, incluso la propia vida, por el ser amado.
Pero nosotros normalmente cuando amamos, deseamos el bien de la persona amada y hacemos algunos sacrificios por ella. Es que la amamos. Pero no en el grado máximo.
El amor, pues, como todo en la vida tiene grados.
El amor a una persona crece y disminuye.
El grado de amor que tenemos a una persona es distinto del que tenemos a otras.

No disminuyas tu amor.
A nadie. A nada.
En amor sólo debiera existir el verbo crecer.
Nos dan en T.V. los aumentos y disminuciones de la temperatura, de la humedad...etc.
Sería muy consolador que nos pudieran decir que cada día aumenta el grado de amor en el mundo.
Pero esto que no es fácil decirlo del mundo, tú puedes decirlo de ti.
Sólo depende de ti.
Lo que tú amas, no depende de lo que digan o hagan los demás.
Ni siguiera de que te amen los demás.
Porque si amas cuando te aman o porque te aman, tu amor ya no es tal amor. O por lo menos no es el más verdadero amor.
El amor más verdadero es desinteresado y sin condiciones.

No me tienes que dar porque te quiera,
pues aunque lo que espero no esperara,
lo mismo que te quiero te quisiera.

Si no creces en amor no creces como persona.
Puede crecer tu cuerpo, tus posesiones, tus cosas, tu éxito, tus conocimientos...
Pero lo que de verdad te hace crecer como persona es el amor.
Es lo más propio, lo más específico, lo verdaderamente humano.
Cuando alguien toma venganza de alguna ofensa que le han hecho suele decirse: Es natural. Es muy lógico, muy humano que haga eso.
Pero más bien la venganza es poco humana.
La venganza puede ser propia del animal bruto. No del hombre.
Lo que destruye a un ser no es propio de él. Va contra su naturaleza.
Y el odio, la venganza en el ser humano destruye. Aunque de momento parezca que deja una satisfacción. ¿Amas hoy más que ayer? ¿Más que hace un año? A los que amabas ¿los amas, un poco más?
¿Amas a más personas?
Si no aumentas en amor no te extrañe que no seas más feliz. No te extrañe sorprenderte triste sin saber por qué.
Mucho deseamos que nos quieran más.
Pero aunque sea tan agradable ser amado, lo que realmente nos hace felices es amar.


Ser amados depende de que los demás quieran amarnos. Amar, en cambio, sólo depende de ti. Que tú quieras amar.
La mejor manera de llegar a ser amado es amar. Muchos esperan ser amados para amar.
Muchos también, cuando aman no quieren expresar ese amor. El temor a no ser correspondido, los convencionalismos sociales, la vergüenza, la timidez...
Y el amor como todo lo activo y positivo tiene que expresarse. Sin ridículos complejos y absurdos miedos.
Los modos de expresión del amor serán diversos.
Cada uno verá en cada momento y en cada caso cuál es la mejor expresión de su amor. Dependerá de muchas circunstancias. Pero de uno y otra forma deberá expresarse.
En nuestros tiempos, como parece que ha habido siempre hay personas que creen que la expresión única del amor es la relación sexual.
Desgraciadamente, muchas, por no decir la mayor parte de las relaciones sexuales suelen ser sólo expresión de un deseo de satisfacer la pasión sensual egoísta.
Es triste comprobar que muchos matrimonios que un día se quisieron de veras, conviertan su relación, al correr de los años en la sola satisfacción sexual, con ausencia del sentimiento íntimo amoroso por el que cada uno desea hacer feliz a su pareja, no sólo en los momentos de relación íntima sino en cada uno de los momentos de la vida.
Crecer siempre en amor activo debiera ser la consigna en todos.
Crece en amor activo y crecerás también en amor pasivo.
La mejor garantía para ser amado es amar.
Pero no exijas, no pidas la recompensa, la paga, la correspondencia.
Frecuentemente cuanto más se espera esa correspondencia en el amor, más tarda en llegar.
Si quieres aumentar tu grado de felicidad, aumenta tu grado de amor. De tu amor activo.
Al amor no pienses en la recompensa, la correspondencia a tu amor. Cuando el amor es verdadero, tarde o temprano llega. Quizás no de la persona a quien tú amas. Pero tu llegará de la mejor manera.
Esto no es pura teoría.
Compruébalo en ti mismo.
Los sentimiento no se pueden conocer sólo intelectualmente, racionalmente. Sólo se conocen y comprenden vivencialmente.
Hazte el gran favor de aumentar tu amor.
Aumenta tu amor activo, el que tú tienes.
No esperes a amar tú después que otros te amen. No pongas condiciones para amar.
Ese es un error muy general.
No caigas tú en él.
¿Amas hoy más que ayer?
¿Amas hoy a más personas que ayer?
CRECE en AMOR cada día.


Darío Lostado
(La Alegría De Ser Tú Mismo)




sábado, 28 de enero de 2012

SIN ENOJOS


Debiéramos tener presente siempre que un rostro enojado es feo y desagradable.

Dice un refrán chino: Un anciano enojado es una cosa cómica.

Te enojas contra algo o alguien que ha contrariado tu ego. Ese alguien puedes ser tú mismo o puede ser otra persona. Todo es porque no aceptas lo que está sucediendo y lo que es, tal como es y sucede. Y lo rechazas porque quieres absurdamente que todo ocurra como te agrada. No es La Vida la que debe acomodarse a tus caprichos sino tú quien se debe acomodar a La Vida.


Deberías pensar: ¿soluciono con mi enojo lo que creo que ha salido mal?

A un mal, estás añadiendo el mal de tu enojo. Acepta lo que ocurre, aunque no sea de tu agrado, sin enojo. Sé inteligente.


Darío Lostado
(Mensajes Para Elevar La Conciencia)

jueves, 26 de enero de 2012

RELACIONES CON LOS DEMÁS


La mayor parte de los conflictos que tenemos en nuestra existencia se refiere a nuestras relaciones con los demás.

En dichas relaciones, estamos más pendientes de lo que podemos recibir de aquella persona con la que nos relacionamos que de lo que yo puedo darle a ella. Así, la relación suele convertirse en un disimulado negocio.


Esa actitud egocentrada impide que las relaciones sean fluidas y cordiales. Y eso, unas veces sucede en una de la partes y otras veces, en las dos partes de la relación. Así surgen las frustraciones, al ver que el otro no satisface las expectativas que yo había depositado y sigo depositando en él. Son pocas las relaciones que se basan más en dar que en recibir.

Darío Lostado
(Mensajes Para Elevar La Conciencia)

martes, 24 de enero de 2012

LA PRÁCTICA DE LA MEDITACIÓN-CONTEMPLACIÓN


El método mejor para adquirir y mantener la observación de La Presencia, es dedicar cada día un rato especial a ello. Es lo que llamamos la práctica de la meditación.
Hoy está de moda, en ciertos ambientes, alardear de hacer meditación. En verdad, algunas personas tratan de aparentar un alto estado de desarrollo al referirse a "su meditación".
Vanidades necias aparte, digamos que en un verdadero desarrollo humano, la meditación es indispensable. Es cierto que hay una clase de meditación que es la que podemos llamar "meditación en la acción" que consiste en mantener la atención muy enfocada no sólo en lo que hacemos sino también en quien lo hace. Es la mejor meditación.
Es necesario, no obstante, dedicar algún tiempo especial a la práctica de la meditación con toda la atención puesta exclusivamente en ello.
Para hacerla con más eficacia, trata de elegir un tiempo y lugar adecuado donde te encuentres con total tranquilidad sin que nadie pueda molestarte. Al principio es conveniente hacerla con los ojos cerrados, para que nada te distraiga y te concentres mejor en el punto de tu Presencia.
Hazla sentado o en una postura o asana de yoga, si estás acostumbrado a hacerlo así.
Cuando te sientes y cierres los ojos observarás que aparecen pensamientos e imágenes en tu mente. Trata de dejarlos ir como han venido. Para ello, puedes usar o un mantra o palabra que para ti sea significativa o simplemente repites "Yo soy" y te quedas con esa simple idea de "soy". Los pensamientos e imágenes seguirán apareciendo, sobre todo al principio, con bastante frecuencia. No te enojes con ellos ni contigo. Tan sólo déjalos ir y sigue atento a ti mismo.
Te darás cuenta de que entre pensamiento y pensamiento hay un espacio vacía. Obsérvalo. Ese vacío, ese silencio es La Presencia de tu Ser. Si te digo que tú eres eso, podrás decirme que eso es nada. Pero yo te digo que ESO es tu ser, La Presencia del Ser en ti. O si quieres ESO es Dios. Dios no puede ser ninguna imagen, nada que pueda estar en el espacio o tiempo.
ESO, ese vacío, es El Ser Infinito, eso es Dios.
Si pudieras mantenerte en ese vacío mucho tiempo, tu meditación sería perfecta.
No observas pensamiento alguno, ninguna imagen... nada.
Observas el vacío y esa observación del vacío es La Presencia. Es La Realidad. Es la Divinidad.
Mantenerte ahí es estar en la Realidad. Justo lo contrario de lo que suele pensarse comúnmente. Pero esa es la verdad.


Los objetos y pensamientos son las cosas observadas. Pero cuando queda el vacío de pensamientos, imágenes y cosas, ahí está La Presencia. La Realidad. Quédate presente y atento a esa Presencia. Eso es meditar.
Esa Presencia no es hombre ni mujer. No es Pedro ni José ni Luisa ni María... No tiene edad ni religión. No es rica ni pobre ni inteligente ni tonta... Es simplemente La Presencia del Ser, de tu ser.
Cuando estamos en esa Presencia, nada nos falta. Todo va bien. Todo es un juego infinito. No hay nada fuera de mí, fuera de La Presencia. Todo es un juego como lo es el Universo, el juego de la Divinidad. O como decían los orientales en los Vedas, todo el Universo es Lila o el juego divino.
Y ¿qué pasa cuando se sale de esa Presencia o de ese estado meditativo? Todo se ve con total serenidad, sabiendo que todas las cosas son el juego de la conciencia. Aprendemos a dar a cada cosa el valor que tiene y no más.
Lo ideal sería que mantengamos ese estado cercano al estado meditativo, incluso cuando estamos en la actividad diaria. Al principio se hace difícil, por el hábito que hemos adquirido de estar saltando de un pensamiento a otro y de estar volcados a las cosas de fuera como si esas cosas fueran nuestra vida. Esas cosas o situaciones tan sólo son circunstancias cambiantes de nuestra existencia, pero no son nuestra vida.
Hemos dicho que al principio será difícil mantener la atención, libre de pensamientos e imágenes. Para ello, hay que tener alguna salida, como repetir la palabra "soy", poniendo la atención en lo que significa o simplemente puedes poner tu atención en tu respiración, en la inspiración y espiración hasta que el pensamiento desaparece y te quedas en esa actitud de espera. Podríamos decir: como el gato está ante la ratonera. Con la diferencia de que el gato tiene la imagen del ratón y nosotros hemos de estar a la espera sin imagen alguna, simplemente atentos al vacío.
Repitiendo una y otra vez este ejercicio de meditación se logra que la conciencia, nuestro ser, dirija nuestra existencia en lugar de que sea nuestro yo personal el director de ella. Además, notarás que la paz te va inundando poco a poco, más y más, sin proponértelo.  Y poco a poco también el pequeño yo egoísta, medio ciego, va dejando su lugar a la luz de la conciencia con la que vemos que la nada es el todo y que el silencio es la máxima acción. Y vemos con toda evidencia que La Presencia invisible es El Ser, el Todo.
Cuando volvemos de ese estado de Presencia al estado existencial, tendremos también mayor fuerza y claridad para afrontar las situaciones de cada momento.

A medida que vamos experimentando o viviendo La Presencia, vemos que todo, aun lo que parece más material, es puro espíritu materializado o hecho visible. Entonces, nos damos cuenta de que La Vida es lo que hace que todo existe y que todo es espiritual. Vemos que no hay división entre lo material y espiritual, sino que todo es espíritu materializado o hecho visible. Así no hay diferencia entre personas espirituales y otras no espirituales, sino que unas son conscientes de su ser y otras no.
Advertimos también por la luz de la conciencia que la vida espiritual no es el refugio de los cobardes o pusilánimes que no se atreven a enfrentarse con el mundo sino que cuando estamos en La Presencia, sabemos que estamos en La Realidad y que no hay que huir de nada ni de nadie, sino sólo de La ignorancia.
No existe ninguna guerra entre espíritu y materia, como generalmente nos han enseñado. No hay ninguna guerra entre alma y cuerpo. No son la materia y el cuerpo malos o impuros y el alma y el espíritu puros. Todo es Uno. Todo es armonía. La impureza y desarmonía y la guerra solamente están en nuestra mente limitada e ignorante que divide lo que es Uno y crea esa falsa guerra de polaridades que tan sólo existe en la mente.
La espiritualidad verdadera no pertenece a religión alguna.
La auténtica espiritualidad no conoce autoridades ni imposiciones ni estructuras. Sólo hay una única autoridad que es La Presencia, El Ser, el espíritu que está por encima de ideologías, dogmas, enseñanzas, personajes, leyes, mandatos... Sí. La espiritualidad es la libertad auténtica del Ser. Y desde ahí sólo somos llevados por la luz, el amor y la sabiduría.
Ningún gran maestro de los que han aparecido en la Humanidad nos ha impuesto jamás nada. Nos han enseñado cuál es el camino hacia nuestro ser, que es La Presencia de la Divinidad en nosotros. Pero no nos han impuesto nunca nada. Y cuando te contactas con esa Presencia, tienes en ti el mejor maestro. Los maestros humanos pueden ayudarte para que te instales en tu Presencia.
Si estás ahí, en ti, en La Presencia, ya no necesitas nada más.


Dario Lostado

(Atrévete A Ser Libre)

domingo, 22 de enero de 2012

SER IMPORTANTE Y TENER EXITO


Hemos oído o hemos leído frecuentemente que es necesario tener una gran personalidad. Así también nos lo han enseñando en nuestros años de educación. Pero lo que no nos han enseñado es que tener una fuerte personalidad tal como suele entenderse comúnmente, implica tener un fuerte "ego".
Se nos ha enseñado a ejercitar nuestro ego en una constante y feroz competencia en todos los niveles en los campos científicos, deportivos, económicos, sociales...
Se nos ha incentivado para ser personas ganadoras, triunfadoras, dominadoras e influyentes sobre los demás.
Más todavía. Se nos proponen como ejemplos y modelos a imitar a personas que a costa de todo y de todos, han triunfado consiguiendo sus objetivos de éxito económico, social, industrial, artístico...
Tales personas son consideradas y propuestas como los ejemplos a seguir para construir una sociedad progresista, desarrollada y exitosa.
Y ciertamente, vemos que gracias a esos hombres y mujeres sin demasiados escrúpulos para conseguir sus metas y escalar puestos en la sociedad, han ido progresando la economía, la tecnología, las artes...
Así hemos ido identificando lo bueno con lo que acarrea progresos y éxito y lo malo e inútil con lo que no conduce al progreso y el éxito.
Así se ha ido creando una idea de persona importante, elevada, exitosa y triunfadora y otra idea de persona vulgar, anodina, perdedora y no-importante.
El llegar a realizar la idea triunfadora es el objetivo de la mayoría de la gente, cada uno en su propio ambiente y nivel.
Vemos, pues, que la mayor parte de las personas viven constantemente girando y moviéndose a impulsos de esta idea y de este objetivo: llegar a ser importante, triunfar, estar arriba por encima de los demás.
En esa lucha por ser más que los demás no hay barreras para conseguir su objetivo. Todos quieren subir a la cumbre a costa de quien sea y de lo que sea. No existen escrúpulos en pisotear y avasallar.
El llamado desarrollo económico y social a costa de injusticias y atropellos no parece muy adecuando para enorgullecernos del progreso moderno.


Esta es la filosofía, este es el pensar de nuestro mundo occidental: competir para ser y tener más que los otros.
Los efectos de esta filosofía son evidentes. Cosechamos lo que sembramos. No podemos quejarnos.
Frente a esta educación y filosofía de vida occidental tenemos la enseñanza de los maestros del ser interno, que enseñan que el objetivo del hombre en su vida no consiste tanto en hacer y conseguir más y más cosas y tener éxito y reconocimiento exterior sino en ser consciente de todas nuestras capacidades y desarrollarlas en armonía y orden interior, no para ser más que los demás sino para ser muy auténticamente uno mismo.
Para las personas que conocen con verdadera sabiduría el sentido de sus vidas, el éxito, aplauso y reconocimiento externo son totalmente irrelevantes, innecesarios.
Tales personas no intentan conseguir una fuerte personalidad o ego triunfador.
Tales personas saben que mientras no sea destruido o reducido a su lugar el idolátrico "yo" inferior no podrá brillar el Yo verdadero. Y ellos tienen un único objetivo: vivir desde su "yo" verdadero, desde su auténtica realidad, vivir la verdad de sí mismos y no el engaño de su falso e irreal yo.
Tales personas suelen ser un estorbo para muchos porque son una denuncia viva del engaño, la mentira y la hipocresía con que suele desarrollarse casi toda la vida social y política.
Tales personas no llegarán a ser importantes, ocupando puestos de influencia y poder. Pero tales personas son las auténticamente importantes en el mundo. Y gracias a tales personas nuestro mundo es todavía un poco más humano.


Darío Lostado
(Hacia La Verdad De Ti Mismo)

viernes, 20 de enero de 2012

ORDEN INTERNO


Si eres de los que piensan y se quejan de que este mundo es un desastre, piensa que lo que hay en la sociedad es lo que hay en la conciencia de los que la componen.

En la sociedad hay desorden porque lo hay en la mente humana. Las organizaciones e instituciones políticas y sociales en favor de la paz y la justicia valen poco si las mentes de los individuos están impregnadas de ambición, codicia, egoísmo y rivalidades.


¿Por qué no empiezas a poner orden, justicia, paz y amor en tu conciencia? Entonces verás el mundo de muy diversa manera.


Darío Lostado
(Mensajes Para Elevar La Conciencia)

miércoles, 18 de enero de 2012

MENSAJE DE UNA MIRADA

Fue en Agra. Esa bella ciudad de la India del Taj-Majal.
En un banco de piedra, junto a un templo budista, un santón, pobremente vestido, muy flaco, de ojos grandes y expresivos, estaba sentado a la usanza hindú, en actitud que a mí me pareció pedir limosna.
Me acerqué y le dí unas rupias.
El me dijo una frases que no entendí, al mismo tiempo que me miraba y sonreía con un gesto comprensivo, cordial y amable.
Pedí ayuda a nuestro guía para saber qué me había dicho.
Dice, me dijo el guía, que aunque no pide limosna agradece su ayuda porque lo reconoce a usted como compañero del mismo viaje.


Yo me quedé mirando sus ojos grandes y brillantes, hundidos en su cara, y sentí el frescor y la reanimación que siente el sediento caminante en un repentino oasis.
Detrás de sus ojos sentí la calidez del que ama la vida y reconoce, sin diferencias, el amor único que anima en todo y en todos.
Sólo el amor verdadero tiene un lenguaje universal inteligible para todos.


Darío Lostado
(Ama Y Haz Lo Que Quieras)

lunes, 16 de enero de 2012

LA ENVIDIA


La envidia es uno de los defectos que nadie quiere reconocer en sí mismo. Pero es uno de los vicios más generalizados y más difícilmente confesables.

Envidia no es simplemente, querer o desear lo que alguien tiene sino que implica el deseo de que el otro pierda el bien que se envidia.

El envidioso se alegra del fracaso de los demás, principalmente de aquellos que tienen algo que él quisiera poseer.


La persona equilibrada vive las situaciones de su vida sin compararse con nadie ni se entristece porque alguien tenga algo que ella no tiene y quisiera poseer.

La envidia se disfraza de muy diversas maneras. Pero nunca puede evitar el ser reconocida.



Darío Lostado
(Mensajes De Realización)


sábado, 14 de enero de 2012

EL PUEBLO DE LOS IGNORANTES


En aquel pueblo, todos tenían una prerrogativa y don muy singular.

Al nacer, traían en una u otra parte de su cuerpo una piedra preciosa tan valiosa como un costosísimo diamante . Por eso, allí todos eran ricos con tal don. Pero absurdamente, en aquel pueblo todos vivían en extrema pobreza. Abundaban los mendigos y se sentía la miseria en las calles y casas.

En cierta ocasión, alguien les dijo que podrán resolver su pobreza, ya que tenían dentro de sí la riqueza suficiente para cambiar su vida. Pero lo trataron de iluso y loco; se rieron de él y continuaron viviendo en la misma miseria.


Tiempo después, alguien entre ellos descubrió que era cierto lo que les había dicho aquel desconocido: que dentro de sí tenían esa joya preciosa e inestimable. Él lo había descubierto en sí mismo y sabía que era un don que todos poseían. Pero a pesar de su testimonio, nadie lo creyó y lo consideraron desde entonces como el loco del pueblo.

Todos creían que sería bello y dichoso que fuera verdad, pero eso no podía ser porque ninguna autoridad se los había enseñado: ni el maestro ni el cura ni las personas que parecían más sensatas...

Y así siguieron viviendo miserables, siendo ricos.

A ese pueblo lo llamaron el pueblo de los ignorantes. Y parece que ese pueblo contagió su ignorancia a gran parte del mundo...


Darío Lostado
(Atrévete A Ser Libre)


jueves, 12 de enero de 2012

¿A DÓNDE VAS?


Iba sentado sobre el lomo de su caballo.

"¿A dónde vas?", le preguntaron.

Y con asombro, extrañeza y duda contestó: "no lo sé. Preguntádselo a mi caballo"


¿A dónde voy?
En el calmo silencio de la noche, en los lúcidos y desmitificadores amaneceres y en los agobientes días de trabajo me he preguntado insistentemente: ¿A dónde voy? Y durante mucho tiempo, la pregunta quedó huérfana de respuesta.

Con valiente y audaz lealtad a mí mismo, me dije en un momento de clara lucidez y con pena al mismo tiempo: "Yo no voy. A mí me llevan". Comprendí que había perdido mi capacidad de ser libre y había sido una hoja seca arrastrada por cualquier viento, un jinete llevado por su caballo inconsciente, un gregario y sumiso borrego que sigue al rebaño.
¿A dónde vas?

Si tú no sabes caminar por tí mismo a donde decidas ir, te llevarán otros a donde nunca pensaste ir. Y te sentirás alienado.
Muchos tienen miedo de caminar por sí mismos.
¿Por qué no vas primero al encuentro contigo mismo?



Darío Lostado
(Atrévete A Ser Libre) 

martes, 10 de enero de 2012

NEUROSIS


Las neurosis son de tu ego, de tu yo inferior, que pretendió encontrar lo infinito en lo limitado, lo Absoluto en lo relativo, lo eterno en lo fugaz y transitorio, loa Belleza en el brillo del oropel, el Amor en las tendencias egoicas, la Luz en las sombras engañosas.


Cuando se toma en serio la contemplación y vivenciación del Ser, desaparecen los desequilibrios neuróticos, los de desengaños y las frustraciones.

Todas las neurosis se originan en el error y el engaño. Cuando conoces La Verdad, se desvanecen.


Darío Lostado
(Mensajes De Verdad)

domingo, 8 de enero de 2012

DEJA QUE LAS COSAS SEAN COMO SON


Un caluroso día de verano, estaba Nasrudin sentado a la sombra de una morera, al mismo tiempo que veía frente a sí una débil mata llena de grandes melones.

Perplejo pensaba: ¿Cómo es posible que un árbol tan grande y fuerte como este tenga unos frutos tan pequeños y una planta tan débil, unos tan enormes?

Mientras él pensaba estas cosas, una mora le cayó en la cabeza.


Nasrudin, mirando al árbol, dijo:

"ahora entiendo que todo es como debe ser y ha sido mejor que haya sido así".

Nos quejamos y no entendemos por qué ciertas cosas son como son.

Siempre miramos y juzgamos con nuestra mente racional muy limitada a lo más inmediato y superficial.

El tiempo y los hechos nos descubren que todo está bien tal como está, aunque algunas cosas sobrepasen las razones aparentes de nuestra mente que tan sólo ve lo inmediato.


Darío Lostado
(Atrévete A Ser Libre)


viernes, 6 de enero de 2012

LA REALIZACIÓN EN LA VIDA DIARIA


Me decía un amigo: "Tú dices que debemos dedicarnos a encontrarnos y vivir desde la realidad interna y todas esas cosas que sueles mencionar. Pero si no me ocupo de mi trabajo y mis cosas, ¿ quién dará de comer a mi familia?
Yo le dije que me extrañaba su modo de hablar porque él se vanagloriaba de ser teóricamente por lo menos, un ferviente católico que asistía a los actos religiosos. Le recordé que el Maestro Jesús dijo muy claramente que buscáramos el reino de Dios (dentro de nosotros) y todo lo demás se nos daría por añadidura... Esa fue una de las enseñanzas básicas en la que no acabamos de creer.
Además, seguí diciéndole, no existe ninguna oposición ni incompatibilidad entre tu trabajo diario y este otro trabajo interior de investigar quién eres en el fondo de ti mismo  que yo propongo.
Más aún. Cuanto más desarrolles tu realidad interna, mejor y más conscientemente harás tu trabajo de cada día. Existe un cierto circulo vicioso. Mientras vives con esta mentalidad de que tú tienes que hacer todo, no entenderás bien que al vivir en otro nivel y con otra perspectiva, las cosas se van dando y que aquello que considerabas tan urgente y necesario no lo es tanto.
Cuando alguien ha tomado su realización personal como el trabajo más importante de su vida, La Vida, Dios hacen que las cosas se vayan dando de la manera más adecuada, si realmente tenemos confianza plena y verdadera en Dios y La Vida.
Ordinariamente la gente suele seguir la política del mono. Por una parte dicen que confían en Dios, pero no se lanzan en sus manos sino que siguen agarrando la otra rema, su trabajo, confiando más en él que en las manos de Dios.
Para realizarse no hay que dejar el propio trabajo ni ninguna otra cosa. Lo único que hay que dejar se la dependencia del trabajo y el apego a las cosas.
Cuando uno empieza a entender lo que es su propia realidad y vive desde ella, el trabajo exterior y demás actividades cotidianas siguen haciéndose pero sin apego individual, sin inquietud, sin confusión, sin alteraciones distorsionadas de la mente, del "yo" inferior que sólo confía en el poder de su actuar enervante.
Es necesario un cambio de perspectiva. La miopía del "yo" inferior impide ver y comprender que las cosas son de otra manera cuando se vive desde el plano del "yo" central.
Se da la paradoja de que mientras la mayor parte de la gente dice que desea realizarse, son muy pocos los que se deciden a vivir su realidad, su "yo" central.
La mayor parte de la gente vive desde ese "yo" inferior que es una simple estructura mental, sin realidad alguna, pero al que han dedo erróneamente solidez como si esa fuera su realidad.
Realizarse es activar o poner en acto la potencialidad que somos en el centro de nosotros mismos. Hacer realidad actual lo que es realidad potencial. En verdad todo cuanto hacemos, todo cuanto sentimos y conocemos es ya efecto de esa realidad que somos. Pero hemos de tomar conciencia clara de ello e impedir que la mente interfiera con la creación de esa estructura mental que es el "yo" inferior que distorsiona, rebaja y envilece nuestro actuar y nuestro ser.
Oímos a muchas personas decir frecuentemente que se sienten realizadas. Y es lógico que así lo sientan y digan. Al creer que son su "yo" inferior, el yo de su personalidad, cuando éste se siente gratificado y satisfecho en todos sus deseos, creen erróneamente que están cumpliendo y realizando el objetivo de su vida. Sienten la satisfacción en su yo inferior, de tener fama, éxito, cierto status social que tanto habían deseado, ciertas comodidades... Pero tarde o temprano la verdad se impone y llega el vacío de su falsa realización, la insatisfacción de fondo y la depresión.
Todo eso que habían conseguido es inestable e impermanente, está expuesto a los vaivenes de la mente y los acontecimientos fluctuantes.
No sirve el argüir: Bueno, mientras gozan y tienen eso que deseaban, se sienten realizados.
No nos engañemos y llamemos a las cosas por su nombre. La inestabilidad y precariedad de la satisfacción del "yo" inferior es tal, que son muchos más los momentos de insatisfacción, depresión y desengaño, que los momentos de insatisfacción, depresión y desengaño, que los momentos de alegría. Pero, por encima de todas las cosas, la peor desgracia es vivir alejado de la verdad de sí mismo. Y el ansia de verdad es un aguijón que no permitirá al corazón vivir en paz.
Solamente la realización verdadera, el vivir la verdad de nosotros mismos nos puede proporcionar paz y felicidad durable y consistente.
La persona humana, cada uno de nosotros no tenemos otro objetivo final en nuestra vida sino realizarnos.
Aprender a ver y discernir lo real de lo ilusorio es el comienzo de la realización.
Instalarse en lo real de sí mismo y contactar con lo Real Absoluto es la tarea más importante de la vida de cada uno.
Es muy común el pensar y creer que para realizarse y vivir internamente nuestra realidad profunda es necesario retirarse a la soledad de los monasterios o por lo menos alejarse de trajines y trabajos de la vida diaria. Y no es así.
La realización es posible para todos y en todas las circunstancias de la vida.
Es verdad que ciertos ambientes favorecen el trabajo interior. Pero también es cierto que han existido y existen en nuestro tiempo personas que se han realizado interiormente sin abandonar sus trabajos cotidianos.
Para que un barco no se hunda, no lo tendremos en tierra firme, sino que haremos que está en el mar sin que el mar lo inunda. Podemos estar entre las cosas sin que las cosas nos absorban.
No es fácil, sobre todo en estos tiempos modernos en que tanto bullicio existe en todas partes, conseguir el silencia interior en medio de los ajetreos de la vida diaria. Pero cuando uno supera estas dificultades y da un paso adelante ese paso es tan eficaz como muchos pasos dados sin tener que vencer tantos obstáculos.
Cada uno, según el grado de su aspiración y demanda interior, debe ver cómo y cuándo logra esos momentos de silencio interno, tan necesarios para vivir desde el centro de sí mismo.


Darío Lostado
(Hacia La Verdad De Ti Mismo)


miércoles, 4 de enero de 2012

EL ETERNO JUEGO


Estar apegado a algo es sentirse identificado con el objeto del apego o pensar que el objeto de apego es algo de nosotros mismos.
No hay tantos seres como objetos. En realidad, solamente hay un Ser y todo lo existente es participación de ese único Ser.
Comúnmente hablamos de seres distintos, porque los identificamos por sus formas externas, pero dichas formas no son el constitutivo esencial del ser.


Yo, como ser, no soy distinto de ti como ser.
Mi forma (que no ES) es una apariencia, distinta de tu forma y de las de los demás.
La existencia de mi forma y las infinitas formas visibles es el eterno juego de las expresiones de La Vida, del SER.


Darío Lostado
(Mensajes De Amor)

lunes, 2 de enero de 2012

EL MUNDO NO ES COMO IMAGINAMOS


El juego de la vida, o Lila, como dicen en Oriente, es la Inteligencia Infinita que toma conciencia de sí a través de la infinitud de formas físicas. La materia no es tan sólida como parece. Según los físicos modernos, los objetos materiales están vacíos de materia.
El rádio de la esfera del Sol es de 700.000 kilómetros. Si se juntan y apilan los átomos, quedaría en 50.000 kilómetros. Si se juntasen los electrones con los núcleos, 10 kilómetros. Y si aún juntáramos los quarks, se reduciría muchísimo más.
El vacío es la verdadera naturaleza de todas las cosas, de las personas, de todas las formas de los seres materiales. Y si no podemos atravesar la materia, es porque las partículas subatómicas giran a tanta velocidad alrededor del núcleo del átomo, que no sólo hacen que el átomo se conserve como tal, sino que impiden también que pueda ser atravesado por cualquier otro elemento.


Dios es silencio, vacío absoluto. Y el vacío es el todo. Y todo es Dios. Conocer, buscar a Dios, esperar a Dios es un grave error, puesto que buscar algo, esperar algo es creerse separado de lo que se busca o espera. Y nosotros no estamos separados de Él. Somos Él.
Cuando pensamos u oramos a Dios como alguien lejano, estamos desnaturalizando a Dios. Yo no soy aparte de Él. Si no entendemos y vivimos esta unidad con Dios, abundarán los absurdos, dudas e incoherencias en nuestras mentes e intelectos. Sólo cuando sentimos a Dios presente en todo, lo comprendemos en verdad.


Darío Lostado
(Despertar A La Conciencia Día A Día)